Los commodities son productos básicos para la economía mundial por su fácil intercambio en el mercado global. Un commodity, término utilizado sobre todo en el contexto financiero o comercial, es un material tangible que se puede vender o comprar.
Generalmente son productos energéticos, agrícolas o minerales. Algunos ejemplos son: petróleo, gas natural, oro, plata, trigo, maíz, café, azúcar, cobre, entre otros. Estos se utilizan para la fabricación de otros productos más refinados.
Una de las características más importantes que comparten es la uniformidad en su calidad. Esto significa que un barril de petróleo es, en esencia, lo mismo en todas partes del mundo lo que provoca que comercializarlo sea una negociación más rápida en comparación a otras.
Muchas industrias dependen de ellos al ser usados como insumos en distintos tipos de servicios o bienes. Debido a esto, los commodities son considerados activos altamente volátiles, lo que implica que sus precios pueden experimentar fluctuaciones significativas a lo largo del año.
Es por eso que la gestión de la mitigación de riesgos marca una diferencia para los agentes de este sector. Los fenómenos climáticos, los cambios económicos y los acuerdos comerciales son algunos de los factores que pueden influir directamente en su variación.
Para minimizar estos riesgos en escenarios inciertos, hay que tener en cuenta ciertos aspectos a la hora de negociar. Entre estos figuran la fijación de los valores de compra o venta a futuro, la revisión de las certificaciones de las empresas, el tener una segunda opción de compradores, y el estar actualizados en las tendencias diarias para identificar oportunidades.
En Latinoamérica, Brasil se ha convertido en un país crucial para la logística de commodities ya que es de los principales productores de alimentos, en específico es el responsable del suministro de gran parte de la producción mundial de granos. Se prevé que la misma tendencia de crecimiento que vivió el año pasado, permanezca este 2024.